Carta
ciudadana desde el Paraguay:
PARAGUAY: 1864 - 1870 / LIBIA: 2011
UNA SEMEJANZA
ASOMBROSA
Muchos de vosotros os preguntaréis a qué
viene el título de esta crónica de nuestro tiempo; y no
creo descabellada la semejanza y las circunstancias de ambos acaeceres.
En 1864, los López habían puesto entonces al Paraguay a la cabeza de las naciones prósperas y
estables del continente. Los Estados
Unidos, recién habían salido de una atroz guerra civil que no terminó de abolir la esclavitud y había entrado en la
“revolución industrial” asesinando a sus aborígenes para abrir paso a la
colonización del oeste, robando a México 50 % de su territorio.
Argentina y Brasil seguían masacrando indígenas,
manteniendo la esclavitud y, la primera, sumida en guerras civiles entre
federalistas y centralistas mientras que el Brasil esclavócrata seguía
manteniendo una monarquía feudal de fazendeiros,
coronéis y otros parásitos
capitalistas dependientes, ambos de las limosnas usurarias de la banca
Baring Brothers y de la reina Victoria.
Paraguay en cambio ―gracias a la férrea honestidad del
Dr. Francia, dictador incorruptible no rendido a las mieles del imperio
británico―, pudo permitir al Paraguay de los López, tener telégrafo, ferrocarril, escuelas por
doquier, trabajo, soberanía alimentaria, territorial y metalúrgica… sin deudas
usurarias, además de abolir la trata de esclavos y con una estabilidad política
envidiable y cero analfabetismo.
Obviamente la envidia de las clases oligárquicas de las
naciones vecinas no demoró en calumniar a Francia y los López incluyéndolos en
el bestiario mediático teledirigido desde Londres, como lo sabéis. ¡Mala prensa y sobre todo, sospechas de
deseos expansionistas y “desestabilizadores de la región del Plata”. ¿No os resulta similar al trato dado a
Khadaffi?
Pues el pecado de este dictador
es innegable que lo fue―, ha sido nacionalizar los
recursos de su país en beneficio del pueblo libio, en forma de servicios
gratuitos de agua, energía, educación, salud, viviendas y subsidio de 50.000
dólares a las parejas casaderas y becas a estudiantes en el extranjero,
logrando un envidiable (y envidiado, claro) estado de bienestar en su
patria. Todo un estadista, honesto,
austero y patriota. Tan austero que, aún
disponiendo de palacios en Trípoli y Sirte, solía pernoctar en tiendas de
campaña en pleno desierto, conviviendo con su pueblo; ese mismo pueblo que por
defender a su caudillo fue masacrado por la siniestra OTAN y los Predator
americanos sin tripulación.

¡Eso era un mal ejemplo para los
Rothschild y su dictadura financiera! ¿Qué
pasaría con la banca internacional especuladora y usurera, si los países
siguieran el ejemplo de Libia?
Khadaffi ―aún siendo devoto musulmán―, liberó a la
mujer libia de las odiosas discriminaciones a que son sometidas por los
sauditas y otros reyezuelos liados y sirvientes incondicionales del imperio.
La mujer libia no estaba obligada a la burkha,
al chador y esas horrendas
vestimentas “clásicas” en otros países islámicos. Podía instruirse, ir a la universidad,
conducir carros, helicópteros y aviones, formar parte del ejército o ser ama de
casa a libre elección.
La ley la
protegía de abusos masculinos y no podía ser “repudiada” sin causa justificada.
Pero negarse a
ceder el oro libio y el control de su banco a los “Money masters” desató la ira
de los sionistas. Es que el caudillo
había levantado a su país sin deuda externa y con recursos propios. Libia aún no debe finezas al FMI, ni al BM ni
al banco central europeo, ni aceptó el control de su moneda… y eso le costó la
vida y la destrucción de su país bajo las bombas aliadas… igual que al Paraguay
y al mariscal López.
¿Ahora entendéis la analogía?
También la guerra mediática es el
prolegómeno de la destrucción anunciada de cualquier nación renuente a hincarse
de rodillas ante los imperios de nuevo cuño y la banca sionista internacional
que se cree dueña del mundo.
Los López
contrataron técnicos, maestros, ingenieros para levantar a su país…
sin deudas ni dádivas, al revés que sus vecinos y victimarios.
¿Qué le aguarda
ahora a Libia? Probab lemente los
“rebeldes”, mercenarios contratados por la OTAN con dinero de los Rothschild
entregarán el país a la rapiña de los aliados y desangrarán al pueblo libio en
costosas guerras de ocupación, tal como en Iraq y Afganistán.
Pero la
resistencia civil no se ha de demorar en hacérselas difícil a los ocupantes,
por ahora dueños del petróleo y de las 479 toneladas de oro depositados en el
banco central por Khadaffi, quien tenía en sus planes estratégicos la
construcción de un río entubado de 489 kilómetros de largo, para hacer del
desierto una región agrícola con autosuficiencia alimentaria pues sabía este
estadista que el petróleo debía agotarse alguna vez y ya en previsión de tal
contingencia buscaba dejar un legado a su pueblo, poniendo a su alcance los
ricos depósitos subterráneos de agua dulce, el mayor tesoro libio… ahora en las
garras de los buitres carroñeros de la OTAN.
En cuanto a
Muhammar Khadaffi y a sus victimarios, la historia los juzgará, como también al
falaz imperio mediático que lo satanizó.
Luque, Paraguay, 24
de octubre 2011.
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