lunes, 31 de octubre de 2011


Breve análisis histórico del capitalismo


ORIGEN Y EVOLUCIÓN SOCIAL HUMANA
a través de los tiempos.
Chester Swann para “La chispa”

Primera parte


Desde los primeros grupos nómades de la prehistoria, hasta el desarrollo cultural de la agricultura sedentaria, capitalismo y la conformación paulatina
del Estado-nación moderno.

Aún existen muchas incógnitas acerca del “génesis” de la humanidad, pero los antropólogos —que, hoy por hoy desconfían de “las escrituras” y buscan bajo estratos de la tierra— dan por sentado (al menos hasta que se demuestre lo contrario) que surgieron en África los primeros Homo Erectus inteligentes y que allí, se conformaron los primeros grupos sociales que, miles de años más tarde, construirían la historia y la civilización actuales.
Este laborioso proceso de evolución debió suponer más de un millón de años, de acuerdo a evidencias fósiles halladas por paleontólogos, y, desde ese continente comenzaron las migraciones hacia otras tierras.  Siempre en procura de alimentos, por curiosidad o por cualesquiera otra motivación que no fuesen simples afanes turísticos.
 Friedrich Engels hizo un concienzudo estudio sobre las distintas culturas (del latín Cultum, cultivar) y sus modos de relacionamientos familiares (consanguinidad o parentesco) y modos de transmisión de genes y legados o bienes familiares de generación en generación; matriarcales-tribales, clánicos, hordas, ejércitos y naciones civilizadas, aún antes de la “historia escrita” tal como nos la imaginamos.  Un proceso evolutivo semejante debió, sin duda ajetrear y fatigar cientos de milenios de búsqueda de hábitat sustentable, alimento y armas de supervivencia con que suplir su carencia de fuerza y tamaño frente a grandes presas o predadores carnívoros como el smylodón o “colmillos de sable”.
Los primeros homínidos —de acuerdo a Richard Leakey surgieron hace casi un millón de años en África, pero pasarían más de 500.000 años antes de que tomaran conciencia de organización grupal para asegurar la supervivencia, al carecer de garras, colmillos, tamaño y fuerza, aunque no de agilidad y astucia.  Si al principio sólo se alimentaban de frutos, semillas y raíces, al llegar la primera era glacial debió recurrir el hombre primitivo —sin duda—, a fuentes de calorías animales y a la caza.  También a causa del frío y carencia de pelambre debió “prestar” pieles ajenas de otros animales lanudos, como osos, lobos, bisontes o mammuths
La xilocultura —uno de sus primeros descubrimientos— fue iniciada al descubrir cómo usar “herramientas” o el modo de “alargar” sus extremidades superiores: como ataque o defensa con artefactos hechos de ramas: garrotes, palos aguzados y otras armas arrojadizas de madera para proveerse de sustento, defenderse de fieras… o de otros cazadores rivales.  También debían proteger a las mujeres y a los niños en sus correrías por las praderas del cuaternario.
Las hembras de la especie debían acompañar —no sólo a la crianza y lactancia de los hijos—, sino en la recolección de cuanto sirviera de alimento, probar sustancias, raíces, frutos o semillas no conocidos y dar nombre a lo descubierto para orientar a los demás.
La prehistoria más o menos documentada por restos humanos de asentamientos podría datar desde el 50.000 A.C. (homo erectus, homo  afarensis y neanderthalensis) en adelante, aunque aún existen muchas lagunas en la antropología en relación a los pyhtecanthropus (homínidos primitivos) y sus descendientes.
Aún no existía entonces noción alguna de “propiedad” y mucho menos de individualismo, ya que el homínido solitario sería fácil presa de depredadores como el smylodón o colmillos de sable, u otros carnívoros del cuaternario, también mamíferos. 
Sin embargo, la horda era invencible, munida de filosos palos, puntas de hueso pulido o piedras arrojadizas… y el fuego, una de sus armas más temida por las fieras y por cualquier animal.
Naturalmente, a veces la horda sufría bajas al atacar a una fiera de buen tamaño.  Era el precio por la vida de la “comunidad” aunque este término aún no era utilizado, sí la noción de “especie” y el instinto de perdurabilidad y supervivencia genética, aunque de seguro dicha palabreja y su concepto eran desconocidos entonces.
Es evidente que la dieta omnívora y balanceada hizo mucho a favor de la supervivencia de la especie y del desarrollo de su inteligencia.

La transición entre las eras prehistóricas —desde el período cuaternario de aparición de los homínidos— pudo durar más de cuatrocientas a  ochocientas centurias y, por carencia de registros, se pierde en la nebulosa de las hipótesis y sólo podemos fiarnos de hallazgos fósiles datados con carbono 14.  Claro que estas evidencias sólo proporcionan datación aproximada.


Desde los primeros grupos humanos, los roles de género fueron bien diferenciados.  Tanto por el tamaño de los individuos, su fuerza o sus responsabilidades grupales, como se ha dicho.
Mientras las hembras de la especie se ocupaban de procrear, amamantar, cuidar de los niños y mantener el fuego tribal (incluso usando la grasa de sus raciones como combustible de sus teas itinerantes); además debían mantenerse a retaguardia de los machos cazadores, haciendo recolección de frutos, raíces y semillas para la comunidad, generalmente pequeña de no más de una cincuentena de individuos y excepcionalmente de trescientos o más.

Por lo general, el chamán o “hacedor de lluvias” debía conocer las plantas curativas o que aliviaban dolores o heridas o picaduras de insectos o parásitos
.  Las matriarcas eran las que cocían alimentos o decidían el rumbo a seguir o dónde permanecer por un tiempo, generalmente a la intemperie o a lo sumo al abrigo de un bosquecillo o árboles.  Mas también en épocas de escasez eran las encargadas de dividir las porciones de acuerdo a las necesidades del grupo. Las madres lactantes y los cazadores doble ración o ración y media; los niños y ancianos, media ración y así en adelante.
                                                                                        


 

Tenemos una línea imaginaria a través  de cientos de miles de años que divide el período prehistórico de la historia escrita,  entre la aparición del sedentarismo, la agricultura y diversos tipos de refugios contra la intemperie, de acuerdo al lugar y clima imperante, hasta las primeras civilizaciones organizadas bajo monarcas guerreros de quienes los primeros eran vasallos… miles de años después, con el nacimiento de la escritura y la rudimentaria aritmética de trueque e intercambio. 
Para este período sedentario ya surgiría rudimentarios conceptos de pertenencia y “propiedad” colectiva o comunitaria. 
El proceso evolutivo del individualismo egoísta surgiría alrededor de 2.400 AC, cuando ya los monarcas guerreros afianzaron su poder, manu militari y por medio de la fuerza defendían lo que creyeron su propiedad… o conquistaban las ajenas.
Probablemente la rapiña, la piratería y la guerra nacerían con el concepto de la propiedad individual “privada”. 
En algún momento de la oscura prehistoria alguien habría gritado “¡Esto es mío!” en lugar de ¡Es nuestro! Descubriendo las armas arrojadizas para matar o herir a distancia: arcos,  flechas, hondas y venablos.


De la mítica Mohenjo Daro (Asia), a Memfis (Egipto) florecieron grandes civilizaciones basadas en:
a)                 agricultura
b)                cría de ganado
c)                 rapiñaje, manu militari
d)                artesanía e industrias primitivas
e)                 La guerra como herramienta política de poder
f)                  Las matemáticas y geometría para desentrañar el curso de los planetas.
g)                 Ábacos rudimentarios y expresión gráfica de “cantidad”.
h)                La arquitectura como ciencia y arte de burlar a los elementos en forma perdurable.
i)                   El comercio de excedentes de producción y el trueque de artesanía utilitaria con otros pueblos.
j)                   El desarrollo de las técnicas de producción.
k)                La esclavitud como fuerza de trabajo.
l)                   Las diferentes teogonías y religiones tribales luego “nacionales”.
m)              La servidumbre familiar como herramienta de producción manual masiva. 
n)                La invención de la aritmética y la escritura (ap. 2400 AC en Egipto, Súmer, Akhad (Oriente Medio) y en Asia (India y China).

Si bien el comercio de trueque o intercambio ya era practicado desde la más remota antigüedad, fueron los fenicios quienes hicieron un arte del intercambio de productos, incluso de un continente a otro, mediante la navegación. 
El auge de Fenicia duró hasta su destrucción en el siglo VI A.C por un ataque de piratas de los “pueblos del mar! De origen desconocido, aunque sobrevivió en sus enclaves coloniales como Gades (Cádiz), Cartagena, Cartago y Sicilia, hasta su destrucción a manos de las águilas romanas en la última guerra púnica (Siglo II A.C), aunque el tramposo y falaz espíritu púnico sobrevivió en otras culturas expansionistas de la actualidad.

Al cabo de la Tercera Guerra Púnica, Cartago fue destruida hasta sus cimientos y Roma dejó de tener competidores en el Mare Nostrum (Mediterráneo) y en todo el norte africano.

Pero el largo período republicano iba tocando a su fin.  Roma, tras conquistar Grecia (Acaya), las Galias, Hispania, Germania y Britannia, puso sus ojos en el Asia Menor y Egipto, pero ya el Imperio se cernía en la persona de Julio César, tras la batalla de Farsalia y la derrota de Pompeyo, César no tardó en ser asesinado y una sucesión de tiranos se cebó en el Quirinal.
Esto iniciaría la paulatina decadencia de Roma como única potencia del mediterráneo y Europa en los siglos IV y V D.C. con las sucesivas invasiones de tribus bárbaras de Oriente: Hunos, vándalos, godos y turkestanos.  Ya sus fronteras no eran seguras y sus legiones impotentes para detener a las hordas que, curiosamente, venían huyendo de los feroces mongoles de la Taigá siberiana.

Pero Roma aún daría sus últimos pataleos por tres siglos más, aunque todo su poder estaba a hombros de la iglesia cristiana y el papa.
Tras la débacle imperial, Roma debió dividirse entre Oriente (Bizancio, Alejandría, Palestina y Anatolia; y el Sacro Imperio romano-germánico en la persona de Carlomagno, iniciándose el período feudal ante el vacío de poder en Europa… y el lento pero imparable avance del Islam.

La amenaza “infiel” lograría unir a varios estados incipientes en “ligas” multinacionales de ciudades-estado (Milán, Verona, Venecia, Lombardía) para proteger sus rutas de comercio, lo que no impediría la invasión de los norafricanos y árabes a España, dividida en guerras internas entre los reinos.
 Los moros permanecerían ocho siglos en la península ibérica, y otro estado-potencia: el imperio otomano conquistaría la antigua Bizaancio, rebautizada Constantinopla (en honor al primer emperador cristiano: Constantino I), cerrando el paso del Bósforo a los mercaderes europeos de la seda y la especiería.
Naturalmente, Constantinopla se convertiría en Ishtanbul, hoy importante puerto turco, y antiguo emplazamiento de la mítica Ilión, la Troya homérica, puerta de acceso al Asia.
Este impasse, llevó a los mercaderes (antes a los capitalistas se los denominaba así) de Europa: la liga veneciana, la liga lombarda y la liga hanseática a buscar otras posibles rutas marítimas para acceder a Cipango (Japón), China (Catay) y la India.

A fines del siglo XV los portugueses costean el Cabo de buena Esperanza, al sur de África para salir al océano Pacífico, pero no era suficiente para llegar a “las Yndias” y mucho menos a la China.
Fue así que el aventurero genovés Cristóphoros Columbus buscaría   otra ruta hacia el poniente (1492), dando por casualidad con un continente aún desconocido para los europeos,  que sería conquistado a sangre y fuego, espadas, arcabuces y cruces. 
En el “nuevo” (para los europeos, claro) continente sería reimplantado el sistema feudal y la esclavitud por los monarcas peninsulares y la ¿santa? Iglesia imperial católica y las sectas protestantes neofenicias de la “reforma” que convertirían al capitalismo en una cuestión teológica y base de la Fe; "Si alcanzas la riqueza, es porque el Señor te ha bendecido" decía Calvino.  "la pobreza es señal inequívoca de maldición divina".

Fin de la primera parte.