domingo, 22 de agosto de 2010

Leyes “antiterroristas” ¿Para sembrar el terrorismo de estado?

Corre a pedir asilo: Chester Swann*

Luque, Paraguay, 23de julio de 2010.

Por presiones del “propietario” del patio trasero sub-americano, noestro congreso y un complaciente presidente han pro-mulgado la esperada Ley Antiterrorista… con segundas, terceras o cuaartas intenciones, de imponer nuevamente dictaduras fascistas como las que “disfrutamos durante la Guerra Fría. Pero hagamos un poco de historia.

¿De dónde salió esa psicosis del “terrorismo, ahora tan de mo-da… desde que George Widiot Bush tuviera la idea de un Nuevo Orden Mundial? Para los detentores del poder, terrorismo es enfren-tar a gobiernos totalitarios en demanda de bienestar, libertades civi-les, educación, mejoras salariales, medio ambiente sano, salud para todos y todas esas demandas molestas para los “de arriba”.

Recordemos que cuando los ejércitos del Eje ocupaban a Eu-ropa, tras invasiones-relámpago, los ejércitos regulares dde los países oscupados o se rindieron o huyeron como ratas a extramuros en 1939. Sólo los civiles quedaron para organizar la resistencia al in-vasor: llámense Maquis, Partisanos o simplemente La Resistencia, a la que los nazis denominaron, justamente, terroristas, por las tácticas de guerra asimétricas utilizadas para hostigar al invasoe nazi. Tam-bién Hitler, en su mesiánico delirio proclamó entonces “El Nuevo Orden”, para sojuzgar a naciones bajo las botas de la Wehrmatch y las SS.

Los patriotas, pese a ser perseguidos, torturados y ejecutados, no dejaron de ofrecer resistencia al ocupante. Una emboscada aquí, una bomba allà, otro atentado más allá… hasta que agotaron la ca-pacidad de aguante de las legiones enemigas.

¿Qué buscaban los del Eje Roma-Berlin-Tokio con la ocupa-ción y destrucción sistemática de países enteros, incluidas infraes-tructuras y población civil? Al decir del propio Adolf Hitler, era una lucha “por el espacio vital” (Lebensraum), desplazando, exter-minando o esclavizando a los ciudadanos de media Europa, Corea, China, Manchuria, China, Malasia, Filipinas… para absorber sus re-cursos y territorio manu militari, prevalecidos de su poderío militar.

Es por ello que los poderosos (o que creen serlo) del planeta, temen a los pueblos, a los civiles y acuden a espurios instrumentos legales para reprimir manifestaciones, protestas, ocupaciones… o una resistencia activa a los nuevos señores feudales del país, léase latifundistas. Pero ¿Por qué esa ley no incluye a los verdadewros ac-tos terroristas que caen a torrentes sobre los civiles, envenenamiento del aire y del agua, rociados químicos sobre pobladores, asesinatos selectivos de dirigentes campesinos, muertes de niños por intoxica-ción de pesticidas, venta de productos tóxicox como alimentos (ci-clamatos, aspartamo, sorbitol, etc), venta libre de vacunas contami-nadas con mercurio, búsqueda de oro y plata que libera arsénico y cianuro a los acuíferos y otras delicias de la imbecivilización?
¿No es terrorismo matar al agua, a la tierra y espantar a viejos pobladores con pistoleros y matones armados, fiscales y policía… para inundar de sojales al país, de horizonte a horizonte degradando a la tierra?

Si uno de los ex simios de las legislaturas tiene argumentos a favor del terrorismo más arriba descritos, le agradeceré que me los envíe a este medio.

Pero sigo pensando que los verdaderos terroristas están fuera del alcance de las leyes y, al decir del “Martín Fierro”: ―La ley es igual que el cuchillo. Nunca lastima al que la empuña por el mango.

Y en mi carácter de ciudadano, le digo a los esbirros de la polí-tica: Pronto, muy pronto, todos, excepto los cobardes, seremos par-tisanos.

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