sábado, 29 de octubre de 2011

                                                 
                       VERSO AVERSO


Hoda a la Industria
(De "Himno Blasfemo")


Yo te saludo ¡Oh,  Madre Industria!
Motor del insaciable consumismo.
Mentora de salarios restringidos,
Y creadora de suelos devastados.
¡Loor a tus asquerosas chimeneas!
Que escriben la sentencia del planeta,
con tinta de humoniebla y lluvias ácidas.
Es forjar la destrucción, tu innoble meta.
Máquina infecta de musculaturas fláccidas.
Tú, que llenas de diversos disparates,
Escaparates de brillantes oropeles,
Atrapando  incautos en tus redes,
Prometiendo el paraíso del mañana.
¡Gloria a tí, y a tus metales de óxido y sulfuro!
Y a tus máquinas de vomitar parafernalia,
De superfluidades vacías, sin futuro;
Destinadas a mediocres cuerpos sin alma.
¡Aleluyah,  a tus impactos ambientales!
Y a tus capitanes de logias pervertidas.
A tus  doctos y lobunos inversores,
De sucio capital y similar tecnología.
¡Saludemos, de pie a tus accionistas:
Verdugos de la Tierra
Y la consciencia planetaria.
Fabricantes de veneno alimentario.
Y tóxicos artículos de abuso diario.
¡Vida eterna, a tus envases de plástico-basura!
¡Que contaminen por los siglos de  los siglos,
Con sus no-biodegradables efluvios degradantes!
¡Honremos con largueza a tus acólitos!
Que arrojan tus desechos en parques y caminos,
Alegres, cual cerdos malparidos.
¡Salve! ¡Oh, Madre Industria!
¡Que el Averno bendiga tu existencia!
Mientras  humildes artesanos, te maldicen.
Y Natura agoniza en tu pestífero regazo,
Sofocada por tóxicos detritus;
productos de dudosos "desarrollos".
Y falsos profetas de prensa fementida.
¡Salve! a tus vicios posmodernos,
Alienantes y alienados.
De nuestra porcina cultura suicida.

      Juguemos a la guerra
                                                    (De "Himno Blasfemo")

¡Seguidme, mis valientes, cual dóciles soldados!
Juguemos a la guerra, brinquemos a la gloria.
Conquistemos un imperio imaginario.
En patios, parques y vallados.
Nuestras armas de plástico y madera.
Trazarán garabatos de la Historia.
Nuestro pendón de trapo, enarbolado.
Encabezará las hordas de este barrio.
De chiquillos bullangueros y lozanos.
Olvidemos, hoy por hoy, de números y letras.
¡Que la escuela no nos turbe esta patriada!
Juguemos, mientras dure todavía.
La efímera niñez, ¡oh! camaradas.
Juguemos, sin pensar en el futuro.
De guerras de verdad, sin mascaradas.
Donde quizá moriremos.
Sin derramar una lágrima.
O vertamos sangre hermana.
Con ira sacrosanta.
Bajo el mando de estultos oficiales.
Sacerdotes de Moloch o el fiero Marte.
Ignorando los motivos, por los cuales.
Nos haremos asesinos, autómatas letales
¡En nombre de dios, o de la patria!
Juguemos, sin pensar en el mañana
Corramos, por los parques y las plazas.
Emitiendo sonido de metralla, nuestras voces.
Imitando a la canalla, marcial y embanderada.
A las hordas homicidas que seremos.
Algún día, tras oír las clarinadas.
Que convoquen a hecatombe.
Por ineptos gobiernos programada.
Vistiendo el uniforme que transforma.
A un hombre bueno, en bestia sanguinaria.
Juguemos a la guerra, mientras dure...
La candorosa, pueril e inmaculada...
Infancia fugaz ¡oh! camaradas.
Ya tendremos ocasión, más adelante.
De jugar con armas bien cargadas.
De matar y morir sin preguntarnos.
Con la ciega obediencia del suicida.
¡A las órdenes superiores de la infamia!

Año 3000 D.C. (Después de la Crisis)


Cuando me informaron no lo pude creer
Pero insisten en que es verdad.
Lo dicen códices electrónicos,
en lenguaje betatrón de magnéticas neuronas:
Acerca de un gas llamado "aire",
De "agua", "selvas", "fauna" y otras leyendas.
De fantástico linaje y memoriosas amnesias.
De planetas degradados, por estériles y absurdos,
Donde seres semi-simios y hemi-obtusos,
Se movían impulsados por sus dos extremismos.
Que se "hablaban" con insultos guturales y gestículos.
De superados primates de onánico organismo.
Apenas ha  mil años, nos relata WC-KK5,
Sus bio-ilógicas fábulas de seres muy diversos;
De pretéritas e ignotas primaveras;
De equinoccios desflorados y fronteras prostituidas;
Por suerte, hoy por hoy, sintéticos, existimos
En plásticos cubículos de verano ultravioleta,
Enquistados en poliedros de poliéster.
A salvo de venganzas de extintas provi-demencias.
Carecemos de problemas de la carne, sangre y lágrimas,
Y de pulmones, infectos de humoniebla .
Somos hijos de la ciencia; bastardos de la Técnica.
Cibernéticos abortos de mecánica materia,
Sin atisbos de conciencias sensibleras.
Carentes de sentimientos, alegrías  y alergias trans-versales,
A salvo de apocalípticos profetas y de prensas.
Somos apenas digitales y anal-lógicas esferas ciborgianas
Engendradas por eléctricas matrices
Meretrices, de robóticos orgasmos programados,
Paridos en matraces de probetas y circuitos.
Pero, es cierto que a veces, ciertas células traicionan
Nuestro gris presente sin lirismos.
Nos asaltan nostalgias irredentas de azules y de verdes,
De nuestra vieja y extirpada madre extinta.
Sentimos cada tanto nebulosas añoranzas de la Tierra
¡Prometida, cumplida y traicionada!


                                                                                       Chester Swann 


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